LA LINEA DE LA VIDA
Todos los seres humanos desde el mismo día en que llegan al mundo, sin importar el lugar, raza, sexo, o condición social, desde el mismo instante del nacimiento inician un camino, empiezan a recorrer LA LINEA DE LA VIDA.
Esta línea que es como el escenario de la cuerda floja de un espectáculo, donde cada ser humano es protagonista, cada persona desde su perspectiva la cruza de diferente forma, pero todos siempre con el mismo objetivo llegar al otro lado, al final del recorrido sintiéndose victorioso.
Este camino que se recorre, esta cuerda floja, la línea de la vida constantemente se transforma, presenta retos, dificultades, obstáculos, pero también trae recompensas y satisfacciones.
Es cada persona desde su esencia quien construye su camino, cuando se es niño se emprende el viaje con ingenuidad y alegría, esto va cambiando con el pasar de los años y dependiendo las circunstancias vividas, esta quien camina con los ojos vendados, aquel que cuelga a punto de caer y se aferra a la cuerda, esta quien con facilidades puede pasar como quien va sobre ruedas, aquella persona que va lento porque lleva demasiada carga y aquella que va cómoda porque tiene quien la lleve a cuestas, otros que con mayor dificultad o simplemente por precaución se deslizan por la línea, aquel ser que simplemente se disfruta el camino y pasa bailando por la vida, están aquellos que tristemente caen al vacio y los que triunfan y llegan firmes al final y a veces se pasa por momentos donde se siente todo lo anterior durante este fascinante recorrido.
Lo que hace la diferencia es la actitud con la que se enfrenta, se siente y se procede ante las alegrías y las penas, es ahí donde está el secreto de quien triunfa, de quien puede cruzar y llegar felizmente a la meta sin arrepentirse de nada sin desear haber vivido de forma diferente, quien se lleva como un tesoro el haber recorrido la línea de la vida como un mágico espectáculo y completo aprendizaje. JESSICA FOLIACO
Todos los seres humanos desde el mismo día en que llegan al mundo, sin importar el lugar, raza, sexo, o condición social, desde el mismo instante del nacimiento inician un camino, empiezan a recorrer LA LINEA DE LA VIDA.
Esta línea que es como el escenario de la cuerda floja de un espectáculo, donde cada ser humano es protagonista, cada persona desde su perspectiva la cruza de diferente forma, pero todos siempre con el mismo objetivo llegar al otro lado, al final del recorrido sintiéndose victorioso.
Este camino que se recorre, esta cuerda floja, la línea de la vida constantemente se transforma, presenta retos, dificultades, obstáculos, pero también trae recompensas y satisfacciones.
Es cada persona desde su esencia quien construye su camino, cuando se es niño se emprende el viaje con ingenuidad y alegría, esto va cambiando con el pasar de los años y dependiendo las circunstancias vividas, esta quien camina con los ojos vendados, aquel que cuelga a punto de caer y se aferra a la cuerda, esta quien con facilidades puede pasar como quien va sobre ruedas, aquella persona que va lento porque lleva demasiada carga y aquella que va cómoda porque tiene quien la lleve a cuestas, otros que con mayor dificultad o simplemente por precaución se deslizan por la línea, aquel ser que simplemente se disfruta el camino y pasa bailando por la vida, están aquellos que tristemente caen al vacio y los que triunfan y llegan firmes al final y a veces se pasa por momentos donde se siente todo lo anterior durante este fascinante recorrido.
Lo que hace la diferencia es la actitud con la que se enfrenta, se siente y se procede ante las alegrías y las penas, es ahí donde está el secreto de quien triunfa, de quien puede cruzar y llegar felizmente a la meta sin arrepentirse de nada sin desear haber vivido de forma diferente, quien se lleva como un tesoro el haber recorrido la línea de la vida como un mágico espectáculo y completo aprendizaje. JESSICA FOLIACO